martes, 21 de abril de 2015

El Concierto de las Croquetas

Este nuevo amigo del que he hablado en la entrada anterior, Juan (M), me invitó este fin de semana pasado a un concierto con tapeo español. El evento transcurrió en casa de una amiga suya, que es a la vez  pianista y coach ejecutiva. Cada cierto tiempo organiza una "soirée" en el salón de su casa en la que invita a otros amigos músicos. En esta ocasión, el programa consistía en música española de comienzos del siglo XX: Falla, Turina, Albéniz… Todo muy bien estructurado y con la participación de un par de cantantes, otro pianista, una clarinetista, una flautista, un par de niños prodigio…  En total, asistieron unas 45 personas, entre las cuales estaban todos los vecinos: la novia de la anfitriona, que vive en el bajo, el gay de la planta de arriba, y la parejita "hetero" del piso más alto (él parecía bastante "cuqui", la verdad).

Para completar la velada española, Juan (M) era el encargado de organizar las tapas: canapés de mousse de atún, gazpacho (Alvalle), tortillas, pimientos rojos asados, unas sardinas al horno y el plato estrella: croquetas. Una tarde entre semana le ayudé a hacer la compra y preparamos en su casa la pasta para las croquetas: fue una pesadilla cortar el jamón en mini-trocitos (al día siguiente todavía tenía el olor impregnado en los dedos). El día del concierto-fiesta, él se encargó de freirlas, mientras yo me mantenía alejado todo lo que podía de la fritanga, dedicándome a picar los pepinos, pimientos y demás picatostes para el gazpacho.

La verdad es que las croquetas fueron todo un éxito. Despúes del tapeo tuvimos nueva ración de música, esta vez en forma de improvisaciones. Fue todo muy informal y al mismo tiempo muy profesional y tengo que reconocer que me lo pasé bastante bien, a pesar del cansancio de ser pinche, y de preguntarme, a ratos, que pintaba yo en medio de toda esa comunidad francesa.