sábado, 17 de diciembre de 2016

7 minutos de adelanto

Mi padre no está para viajes. Ha tenido una nueva crisis de insuficiencia cardíaca y apenas puede caminar sin fatigarse. Así las cosas, este año ha vuelto a tocar pre-Navidad en Vigo, como el año pasado.  Esta vez, volé desde París a Madrid, y desde allí viajé en coche con jap

Hemos aprovechado los días de sol para ir de excursión a Bon uno de los días ya que ellos llevaban muchas semanas sin ir. Fue un día muy agradable pero la fragilidad de mi padre quedó absolutamente de manifiesto. Subir la más mínima cuesta o escalera se convierte en un auténtico drama; bastante angustioso. Con todo, les sentó muy bien la aventura, ya que llevan semanas sin apenas salir de casa. También nos echamos algunas risas, al descubrir que mi madre lleva todos los relojes, los de casa, y los de pulsera, con 7 minutos de adelanto. Se ha acostumbrado a ese tiempo acelerado, algo que contrasta con la vida pausada que necesita ahora mi padre.